domingo, 14 de marzo de 2010

LES NITS BOGES

Pierrot actua toda los lunes de marzo dentro del ciclo de espectáculos "Rambleros" en la carpa con el espectáculo "Les nits Boges" junto a Crhistine, Victor Guerrero...
Las críticas del evento no pueden ser más positivas hay os dejo un enlace del "Periodico de Catalunya".

‘Les nits boges’ rinde homenaje al ambiente cabaretero del tardofranquismo

  1. El espectáculo se representa en la carpa del ciclo ‘Rambleros’, con algunos artistas de la época
Un momento del espectáculo ‘Les nits boges’, del ciclo ‘Rambleros’. Foto: SERGIO LAINZ
Un momento del espectáculo ‘Les nits boges’, del ciclo ‘Rambleros’. Foto: SERGIO LAINZ
OLGA Merino
Hubo un tiempo en que cancanear por la calle equivalía a un pasaporte directo a la trena por vago y maleante. Hubo una época, los años del tardofranquismo, en que la pluma y la pestaña postiza aún eran subversivas. Por entonces, el movimiento homosexual comenzaba a levantar tímidamente la cabeza entre la Rambla, el Chino y el Paral·lel, un triángulo que albergaba la mayoría de antros donde actuaban gais, transformistas y transexuales. Ya no queda en pie ninguno de aquellos locales golfos: Copacabana, donde hoy está el Museo de Cera; Barcelona de Noche, en la calle de las Tàpies; Gambrinus, en la de Guàrdia; Whisky Twist; Patio Andaluz… El espectáculo Les nits boges, dentro del ciclo Rambleros, pretende rendir homenaje a la efervescencia cabaretera de la época. Los lunes 15 y 22 de marzo, en la carpa de la Rambla, a eso de las nueve.
Pierrot, uno de los artistas del show, habla en su libro de memorias de los problemas de entonces con la censura. Era impensable que los transformistas vistieran faldas, y un timbre instalado en la puerta de camerinos avisaba a la troupe de que había llegado la policía. El ambiente en la carpa portátil –terciopelos, luces rojas, espejos– está conseguido y Joan Gimeno, como maestro de ceremonias, conduce con maestría una función justa en su medida.
Puede que el montaje Rambleros se alimente de la nostalgia, un sentimiento que no resulta nocivo si se aliña con sentido del humor. Merche Mar, la última vedete de El Molino, derrocha ironía cuando se dirige al público diciéndole: «Yo, como los toreros: me llevan a la plaza, toreo, y vuelvo al congelador». La melancolía resulta inofensiva; otro cantar es que el ayer sirva para camuflar los remiendos del ahora.
También participan en el espectáculo Christine, estrella del Barcelona de Noche, y Carmen de Mairena, entonces un jovencito llamado Miguel que parecía, sin serlo, un gitano lorquiano que bordaba la copla. Aunque le tilden de friki –la vida, ay, da demasiadas vueltas–, Carmen/Miguel de Mairena pisó la Modelo al menos una decena de veces.
Madame Arthur
Completa el cartel de Les nits boges Víctor Guerrero con un más que aceptable homenaje a Madame Arthur, La Tula, un hombretón de nariz prominente. Modesto Mangas, que así se llamaba el artista, había nacido en Villavieja de Yeltes (Salamanca) y llegó a ser un referente en el arte del transformismo y las lentejuelas. Murió el 30 de noviembre de1999 y, en los últimos años, cuando vivía en la estrechez de los viejos cómicos, el gestor cultural Joan Estrada, alma máter del ciclo Rambleros, le ayudó a salir de apuros.
Paco Rabal se quedó con las ganas de encarnar en el cine a Madame Arthur, «un maricón, un cantante con voz de camionero que conocí en Barcelona». Salieron de juerga una noche –Pierrot recoge la anécdota en sus memorias– y el intérprete se quedó a dormir en casa de Madame Arthur. Cuando Asunción Balaguer, la esposa de Rabal, acudió a buscarle el día siguiente, el anfitrión le soltó: «No te preocupes, no me lo he tirado». Un personaje irrepetible, como las noches de aquella Barcelona.

Suerte.

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